viernes, 27 de enero de 2012

El enoturismo


El enoturismo o turismo ecológico está dedicado a potenciar la riqueza vitivinícola de una determinada zona,relacionándose, por cierto, con el turismo gastronómico, cultural y de salud/belleza. Las rutas del vino constituyen, además, un instrumento de promoción del desarrollo rural, y tienden a valorizar la producción vitivinícola en un contexto cultural, ambiental, histórico y social. Las bodegas de las viñas ya no son solamente un espacio donde se produce vino; su uso se ha hecho extensivo a otras ramas complementarias que retroalimentan la actividad y la enriquecen, en un comienzo fueron sólo para uso industrial, y hoy son museos, restaurantes, posadas o salas de concierto, se interesan mucho por su imagen y abundan las que utilizan edificios nobles y reciclados, además de creativas propuestas de arquitectos famosos.

Si bien España cuenta con la mayor extensión de viñedos del mundo en cuanto a cantidad de hectáreas, 1.5 millones de personas la visitan cada año, cifra bastante menor si se la compara con los más de 4 millones que llegan hasta el valle de Napa, California, en los Estados Unidos. Más o menos visitas, las viñas de numerosos países se han agrupado en interesantes iniciativas privadas y estatales para atraer turistas al mundo del vino.

En Argentina, las provincias de Mendoza y San Juan se destacan por la calidad de sus viñedos. En Chile hay varias rutas del vino, entre las que sobresalen las del Valle de Colchagua, del Maule y de Curicó, todas en el centro sur del país.

En Australia hay interesantes rutas turísticas en las zonas vitivinícolas de Nueva Gales del Sur. En México, numerosas agencias proporcionan recorridos por las zonas de Ensenada, Baja Californis, Querétaro Y Coahuila.

Y en Bolivia, ¿cómo andamos?...

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