domingo, 30 de octubre de 2011

La vuelta al mundo en 80 bodegas

                                       

                                                        Dominus - Herzog & de Meuron
                                  

Nos guste o no el vino, el enoturismo se ha consolidado como una modalidad de ocio que conjuga alta gastronomía, paisajes idílicos y arquitectura vanguardista. Los mejores caldos envejecen en auténticas catedrales diseñadas por Frank Gehry, Santiago Calatrava o Norman Foster.

El enoturismo es un concepto de viaje que conjuga vino, con alta gastronomía y pasajes idílicos, ecuación en la que no pueden faltar las grandes bodegas, que han apostado por la modernidad.

Santiago Calatrava, Frank Gehry, Norman Foster, Herzog & Meuron o Zaha Hadid son algunos de los arquitectos que han puesto su arte al servicio del vino.

Los resultados tan rompedores como bellos, pero sin restar solera ni tradición y a todas las bodegas les une su respeto por los entornos naturales en los que se ubican.

La cultura del vino, con siglos a sus espaldas, no deja de reinventarse. El enoturismo es un concepto de viaje, cada vez con más adeptos, que conjuga vino, con alta gastronomía y pasajes idílicos, ecuación en la que no pueden faltar las grandes bodegas, que han apostado por la modernidad y el respeto al entorno poniéndose en manos de los mejores arquitectos.

Santiago Calatrava, Frank Gehry, Norman Foster, Herzog & Meuron o Zaha Hadid son algunos de los arquitectos que han puesto su arte al servicio del vino con resultados tan rompedores como bellos, pero sin restar solera ni tradición.

Entre los viñedos de la Rioja, tradicional tierra de vinos en el norte de España, despuntan los grandes nombres de la arquitectura internacional, una ruta enológica que se convierte en un paseo para los sentidos.


De la mano de Frank O. Gehry se llega a la "Ciudad del Vino", de las bodegas Marqués de Riscal, donde hotel, restaurante y spa de vinoterapia se reparten bajo las caprichosas formas del tejado que son la marca del creador del Museo Guggenheim de Bilbao.

Con su espectacular edificio, Marqués de Riscal ha logrado reforzar e internacionalizar su imagen, y transmitir los valores de "tradición y vanguardia" que caracterizan a la bodega, explican desde el grupo.

Recubierto de titanio, el edificio se viste de rosa, como el vino tinto; oro, como la malla de las botellas de Riscal, y plata, como la cápsula de la botella, gracias a la creatividad de Gehry, quien sabe transmitir "innovación y vanguardia", lo que, unido a una tradición de 150 años de historia, "hace que sea un tándem muy afín" a los valores de la marca.


Con el paisaje de la sierra de Cantabria (norte de España) como telón de fondo, el perfil sinuoso de las Bodegas Ysios, surgidas de la mano de Santiago Calatrava, refleja "la sublimación de una hilera de barricas" gracias a una composición vanguardista y "perfectamente acoplada con el paisaje", explica su página web.

El arquitecto creó un espacio "singular y vanguardista" concebido como "lugar de culto y elaboración de vinos de máxima calidad". Una bodega cuya elemento clave es la cubierta, revestida de aluminio natural, que contrasta con la calidez de la fachada, formada por láminas de madera cuperizada, es decir tratada con un protector orgánico.

El corazón de la ribera del Duero, que da nombre a la otra gran denominación de origen de los vinos españoles, sirve de marco al proyecto de Norman Foster para Bodegas Portia, un diseño en forma de estrella en hormigón, madera, acero y vidrio que surge de la tierra como "el cobijo, el hábitat y la antesala de los vinos que en ella se elaboran", relata su página web.


Las Bodegas López de Heredia Viña Tondonia, en La Rioja Alta, han incorporado a sus edificios tradicionales una boutique firmada por la arquitecta iraquí afincada en Londres Zaha Hadid, que alberga una pequeña joya, el stand modernista con que la firma participó en la Exposición Internacional de Bruselas en 1910.

Hadid, según la bodega, puso de manifiesto su sensibilidad "a la hora de integrar tradición y modernidad, vino y estética, naturaleza y arquitectura" y concibió una estructura que sirviera de cubierta para el stand modernista de 1910 y pudiera servir como base para una estructura fija que se colocaría definitivamente en las bodegas.

Pero este viaje por la arquitectura del vino también lleva hasta América, para recalar en localidad argentina de La Consulta, a los pies de la cordillera de los Andes, donde la familia Ortega Gil-Fournier ha creado una bodega boutique para la que ha buscado "un diseño emblemático que representara la vitivinicultura del Nuevo Mundo" y ya se dispone a crear una nueva en Chile.



Una bodega, obra del estudio Bórmida y Yanzón de Mendoza, en la que se apostó "por un diseño rompedor que no deje al visitante inerte", que provoque una reacción "ya sea positiva o negativa" pues, según fuentes de la empresa, siempre tuvieron clara "la importancia de la arquitectura como legado para generaciones futuras de sus edificaciones".

Arquitectura y entorno

Además de los trabajos de grandes arquitectos todas estas bodegas tienen en común que ofrecen visitas y otros atractivos para el turista como hotel o restaurante, pero sobre todo les une su respeto por los entornos naturales en los que se ubican.

Así, en el caso del grupo Fournier, erigir una bodega a sólo 12 kilómetros de los Andes "hacía fundamental un pensamiento de mimetización con la inmensidad de la belleza de Cordillera", por lo que se decidió "utilizar paredes de cemento y un tejado de color oscuro para minimizar la contaminación arquitectónica del entorno".

La creación de Norman Foster para Portia con su forma de estrella ha establecido "un diálogo entre el mundo interior del edificio y el paisaje exterior", señala la bodega en su web. Mientras, Gehry analizó "durante mucho tiempo" cómo sería su edificio para Marqués de Riscal, "cómo contrastaría con el entorno" para lograr "un impacto visual muy interesante", según la firma.

También la obra de Calatrava para Ysios está "perfectamente integrada en el entorno" y su construcción es hoy en día "un símbolo paisajístico en el entorno".

Este viaje enoturístico podría pasar por otros muchos lugares como la bodega Dominus en el estadounidense valle de Napa, creada por los suizos Herzog & de Meuron o la "Aldea del vino" de la española CVNE, que hace años recuperó para el público la nave sin columnas construida por el ingeniero Gustave Eiffel a finales del lejano siglo XIX. (Carmen Rodríguez, EFE)

    CVNE

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